El 72,4% de la población española manifiesta una mayor preocupación por su salud desde que comenzó la pandemia.
Ante el crecimiento tanto del interés como de la necesidad real, resulta indispensable poner la salud y el bienestar en el centro de cualquier
estrategia –individual, familiar, social o empresarial–. Sin embargo, la pandemia no es el único factor impulsor del cambio. Por un lado, las tensiones del sistema sanitario han llevado a los gobiernos a exigir mayor eficiencia y transparencia tanto a las instituciones públicas como a los proveedores privados, alentando la necesaria digitalización del sector. Por el otro, los actores tradicionales (grupos sanitarios, aseguradoras, farmacéuticas y fabricantes de dispositivos médicos) han visto florecer el interés por el sector de un nuevo tipo de entrantes: los tecnológicos –startups y gigantes digitales comoApple, Google o Amazon–.